Se supo de
protestas emitidas por el clero francés a raíz del afiche
promocional de la película AMEN (obra del
publicista de las campañas más polémicas de Benetton)..
Considerado ofensivo por algunos representantes de la Iglesia Católica
de ese país, éste muestra la fusión entre una esvástica nazi y
una cruz católica, además de la fotografía de un general nazi y
un sacerdote. Como da cuenta esta anécdota, el director griego
Constantin Costa-Gavras, sigue recopilando escándalos políticos y
éticos al momento de nutrir temáticamente su ya extensa obra fílmica.
Esta vez se trata de denunciar el silencio cómplice de la Iglesia
Católica, liderada entonces por el papa Pío XII, frente a los crímenes
del holocausto. Para ello toma Costa-Gavras el texto de una obra de
teatro de Rolf Hochhut titulada "El Vicario", estrenada en
1963 (referencia: Marcos Sánchez)
Sinopsis
Dos sistemas: la maquinaria nazi y la diplomacia
vaticana y aliada. Dos hombres que luchan desde dentro. De un lado,
Kurt Gerstein, químico en la vida real y oficial de las SS que,
después de haber facilitado el gas Zyclon B que se usó en los
campos de exterminio, denunció incansablemente aquellos crímenes y
alertó de todo ellos a los aliados, al Papa, a los alemanes y a sus
diferentes iglesias; y lo hizo con grave riesgo de su vida y la de
su familia. De otro lado, Riccardo, joven jesuita, personaje de
ficción que representa a todos aquellos sacerdotes -conocidos o anónimos-
que no se conformaron con el silencio de la jerarquía eclesiástica
y tuvieron el valor de enfrentarse a la atrocidad, pagándolo en
muchos casos con su vida. (Referencia www.zinema.com)
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